Publicado por: Pablo José Ascanio
Malaquías 3:8
¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.
Introducción
No ha existido un tiempo en la historia en el cual más cantidad de personas crea que poseer grandes riquezas es la llave a la felicidad. Sin embargo, una y otra vez hemos visto hombres millonarios sucumbir; vivir miserablemente y peor aun quitarse la vida. Hemos visto a sus hijos andar por la vida sin un propósito, autodestruidos, y utilizar su riqueza para destruir a otros ¿Por qué?
Porque su riqueza estaba puesta en las cosas temporales y no en las bendiciones eternas.
La riqueza material no es mala en sí misma. 10mil $USD. en las manos de un criminal o de un Pastor son exactamente lo mismo. ¡Pero en la manos de un Pastor pueden ser de gran bendición! Pero lo en las manos de un criminal pueden generar una desgracia a él mismo o a otra persona.
El amor al dinero
La biblia dice en 1 Timoteo 6:10; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
Ahora, amar el dinero es consumirse por buscarlo, adquirirlo, mantenerlo, multiplicarlo. Pero, la verdad es que el dinero tiene a muchos tomados por el cuello, lo que hace que la vida carezca de sentido.
El arte de diezmar
La mejor manera de entender el arte de diezmar es ver Abel y a su ofrenda, siempre hemos sabido que el diezmo es sumamente importante y que es algo con lo que Dios no negocia.
El diezmo es la primera decima parte de los ingresos bruto, a nosotros, esto es lo primero que debemos saber, que desde que recibimos algo esa decima parte, SE DEBE APARTAR DE PRIMERO, no importando cuan grandes sean las deudas o lo enmarañadas que estén nuestras finanzas, lo primero es el diezmo.
El diezmo es una ofrenda de acción de gracias, (Génesis 4:3-4), Caín y Abel trajeron el primer diezmo a Jehová, Caín, ofrenda del fruto de la tierra; Abel, de los primogénitos de sus ovejas, y de las grosuras de ellos. En ambas ofrendas hay una gran diferencia: Caín trajo ofrenda pura y simple, un cumplimiento religioso, la de Abel fue muy diferente trajo los primogénitos de sus ovejas, primicias, (Éxodo 23:19) y de la grosura de los mismos, ofrenda especial o cumplimiento de pacto (Levítico 1:10-12), hubo en la ofrenda de Abel un tercer elemento: LA FE, (Hebreos 11:4 )¨Por la fe, Abel ofreció a Dios un mejor sacrificio que Caín, por lo cual alcanzo el testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofendas, y por la fe, estando muerto todavía habla¨, por eso Dios miro con agrado este diezmo y esta ofrenda, porque no fue algo simple algo de rutina, Abel hizo algo que capto la atención de Dios, y Dios mismo da testimonio de el.
El diezmo es fe
Así pues el diezmo puedo resumirlo como un obrar en fe, de dar la primera decima parte a Dios, en acción de gracias, por su cumplimiento cabal a su palabra por amor de su nombre, de darnos, de suplirnos y de sostenernos en todas nuestras necesidades, por cada cosa buena que el nos da, el diezmo no es solo dinero, entiéndase, si recibimos en abundancia por ejemplo, comidas o vestiduras también se diezma en naturaleza o en especie.
En el diezmar se reconoce que Dios es el dueño y soberano de todo: Hageo 2:8 MIA ES LA PLATA Y MIO ES EL ORO – declara el Señor de los ejércitos.
Diezmar y ofrendar son actos de adoración a Dios, en los que ocurren grandes cosas. Al cumplir con estos principios, revelas tu corazón, y te pones en posición para recibir las bendiciones correspondientes a tu obediencia en estas áreas.
Ciclos
Todo el universo opera basado en ciclos. Las mujeres tienen su ciclo mensual, la lluvia pasa por un ciclo; Dios creó el mundo basado en ciclos para asegurar su continuidad. Cuando uno de esos ciclos se desequilibra, se crean grandes conflictos.
Cuando diezmas y ofrendas entras en el ciclo de libertad financiera que Dios pensó para ti. Diezmas de lo que recibes de parte de Dios. Pero si recibes, y no diezmas, te sales de ese ciclo.
La razón principal de diezmar y ofrendar no es darle dinero a los ministerios para que continúen funcionando; ese es el resultado. Cuando pensamos que esta es la razón principal, perdemos de vista lo que Dios quiere hacer en la vida de la persona que está diezmando. Si crees que la razón de ser de tus diezmos y ofrendas es que el ministerio continúe, al realizarse la continuidad del ministerio, se acabarían los beneficios de estos principios en tu vida.
La razón principal de que tú diezmes y ofrendes es que participes activamente del ciclo de bendiciones divinas que Dios ha establecido para la vida de un creyente. Y cuando adoptas esta consciencia, tu vida cambia.
4 manifestaciones del diezmo y ofrenda
Hay cuatro cosas en tu interior que son manifestadas cuando aprendes a diezmar y ofrendar.
En primer lugar, el diezmo es una muestra de agradecimiento a Dios. Es un acto voluntario provocado por el agradecimiento de victorias pasadas. La primera vez que vemos el diezmo en la palabra es en Génesis capítulo 14. Nadie obliga a Abraham a diezmar. Y su vida es cambiada por el principio del diezmo.
Cuando diezmas reconoces que has sido bendecido, más allá de lo que mereces, y que Dios es el autor de tu bendición.
En segundo lugar, el acto de diezmar es un acto de fe. Cuando Abraham diezmó demuestra implícitamente que tiene la certeza de que Dios le va a bendecir en el futuro. La persona que retiene el diezmo es porque piensa que es lo único que tiene, que es lo único que Dios le va a dar.
Mucha gente dice confiar en Dios para un futuro grande, pero no son capaces de confiarle el diez por ciento de tus pasadas victorias.
En tercer lugar, cuando diezmas demuestras que tienes plena confianza en las promesas de Dios. La segunda ocasión en que se menciona el diezmo en la biblia fue cuando Jacob hizo voto a Dios de separar el diezmo de todo lo que Dios le entregara. Jacob está reaccionando, no a pasadas victorias, sino a la promesa de Dios de futuras victorias.
En cuarto lugar, el diezmar es un acto de aceptación de la gracia divina. Jacob estaba perdido, huyendo, sin dinero, corriendo, y ese día Dios se le apareció, y le dijo que lo bendeciría, que lo prosperaría. Y, a pesar de su condición, Jacob decidió que su reacción sería diezmar, porque reconocía que era lo menos que podía hacer ya que, dada su condición, no merecía nada de lo que Dios haría por él.
Tu acto de diezmar dice que aceptas lo que Dios está haciendo por ti, aunque no lo merezcas.
Cuando NO diezmas
Al no diezmar y ofrendar, uno se aparta inmediatamente de los estatutos de Dios, y entra en desobediencia y se aparta de la palabra de fe que fue dada, el que no diezma y ofrenda se convierte en ladrón, roba a Dios, y se acarrean maldiciones, se cierran las ventanas de los cielos, se abre puertas al devorador, se le da legalidad al diablo de entrar en nuestras vidas, de tocar nuestras posesiones y nuestras finanzas, salud y hay muerte, espiritual y hasta física y se desencadenan maldiciones generacionales. Veamos en Malaquías 3:7-12
7 Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? 8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. 9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. 12 Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.
Hay un deseo de Dios de volverse al hombre, pero este es quien rompe el pacto, es el hombre y su poca fe lo que patea la mesa donde se hallan las bendiciones de mi Señor Jesucristo, es el hombre el que falla, es el hombre quien no le cree a Dios, Dios le promete devolverle la presencia perdida, devolverle la bendición que ha tirado, le reta a que lo ponga a prueba, le promete abrirles las ventanas de los cielos, una sobreabundancia de bendiciones, espirituales, físicas, materiales, de honra que van a sobrepasar sus expectativas.
Dios promete reprender al devorador de sus vidas y que va a guardar todo lo que les produzca y que serán llamados bienaventurados, gentes que habitan en tierras de delicias.
Jehová de los ejercitos
Hay algo que del versículo 7 al 12 se repite 4 veces de manera enfática, quien es el que habla, es el Señor de los ejércitos, sabaoth, Dios se nombra a si mismo, dice la palabra que no habiendo otro mas grande por quien jurar El juro por si mismo, esto es una ordenanza directa de Dios a su pueblo, para que no tenga ninguna duda.
Muchos creyentes yerran y se acarrean maldiciones al intentar pedir cuentas a sus pastores por el uso del diezmo, esto no es asunto nuestro, si se usa mal o bien es un asunto entre los ministros y el Señor de los ejércitos, las instrucciones a nosotros como pueblo, dadas por Dios son estas:
CUIDATE DE NO DESAMPARAR AL LEVITA MIENTRAS VIVAS EN TU TIERRA (Deuteronomio 13:19)
Tu debes diezmar y tu levita, que es el Pastor. No deberá ser desamparado por ti mientras estés bajo su cobertura (tu tierra).
TRAED TODO EL DIEZMO A MI ALFOLI PARA QUE HAYA ALIMENTO EN MI CASA (Malaquías 3:10)
El Señor de los ejércitos no te dice pregunta al levita que hará con el diezmo, sino TRAED TODOS los diezmo a mi alfolí y haya alimento en mi casa, tu pastor (levita) debe sostenerse del diezmo, por eso el Señor dice que haya alimento en mi casa (iglesia) no porque Dios necesite nuestro dinero, sino porque ha puesto un ángel para que nos guie y nos cubra en oraciones, ruegos, suplicas, y nos amoneste cuando sea necesario y nosotros debemos cumplirle al Señor con sostenerlo.
Si el levita mal usare el diezmo, el Señor de los ejércitos tomara su decisión en su tiempo, vemos como hizo con los hijos de Eli, nadie del pueblo de Israel debió levantar su mano en contra de ellos, fue el Señor de los ejércitos quien en su tiempo y a su manera, les corto de la tierra, y les acorto la vida a sus descendientes.
Jesús y el diezmo
POSTURA DE JESUS ANTE EL CUMPLIMIENTO DEL DIEZMO (NEO-TESTAMENTARIA) Muchos hermanos que aun no tienen la palabra revelada acerca del diezmo y las ofrendas, se limitan a decir que el diezmo era cosa del antiguo testamento, y de la Ley.
Lo primero que debemos entender es que JESUS vino a cumplir con toda la ley y justicia (Mateo 4:15), vino a cumplir con la ley y a confirmar a los profetas (Mateo 5:17-20), sino que mostro que al ofrendar se debía ser humilde y hacerlo para Dios (Mateo 6:2-4) Jesús pago el impuesto del templo (Mateo 18:24-27) mostro que se debía pagar el impuesto a Cesar (Mateo 22:15-22) y reconfirma el pago del diezmo acompañado de la intención.
MATEO 23:23 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.
Volvemos justamente a donde empezamos, la actitud correcta de Abel al diezmar y ofrendar es la que complace a Dios, es la que la agrada a Dios. Justicia, se cumple con la justicia al diezmar, se hace misericordia a los que trabajan en la casa del Padre y se es fiel a Dios.
Nada nuevo dijo Jesús sobre el diezmo, solo cumplió con lo que era justo, y reconfirmo al profeta Malaquías, en la carta del escritor del libros de los Hebreos, se recuerda el diezmo dado por Abram a Melquisedec, y la de los hijos de Levi que deben recibir el diezmo de todo, así hoy nuestros pastores, descendientes de Abraham deben recibir el diezmo de todo, muy importante de Todo.
Para concluir quiero recordar las promesas de diezmar y ofrendar:
- Promesa de Vida
- Promesa de abundancia
- Promesa de reprender al devorador
- Promesa de bienaventuranza
- Promesa de estima y prestigio
Y DECLARAR que al diezmar y ofrendar estamos honrando a Dios y reconociéndole como el que ha creado todo y es el dueño de todo, y de todos; y que nos sometemos a su perfecta voluntad con fe y obediencia.